En fechas recientes la Universidad de Luxemburgo publicó un estudio sobre el comportamiento del mercado del arte. Las comparativas sobre los precios indican que las obras de las mujeres se venden un 47,6 por ciento más bajo que las de los hombres según la investigación. De manera que llevar nombre de nombre de mujer vende menos cuando se trata de negociar en el ámbito artístico.
A Daymé Arocena hay que contarla, dibujarla y sobre todo escucharla con atención. Y diría también con libertad, porque su carrera es consecuencia de su libre expresión como ser humano y como artista. Libre para experimentar y derribar barreras entre los géneros musicales y estereotipos que van más allá del pentagrama.